Si hay un lugar llamado cielo en la tierra, Sirince debe ser parte del paraíso. Dido Sotiroyo, uno de los célebres escritores griegos nacidos en este pueblo, dice estas palabras sobre Sirince. El camino hacia el pueblo a través de olivos y mandarinos decorados con antiguas casas griegas al final del sinuoso camino y el delicioso aroma del vino de uvas hecho en casa le da la bienvenida como una sorpresa al comienzo de su viaje. El pueblo de Sirince es un buen ejemplo de la tolerancia y el patrimonio cultural en el oeste de Turquía que refleja las formas de vida turcas y griegas juntas. Cuando visite el pueblo, no puede dejar de admirar la armonía de dos culturas, las casas de estilo griego y el estilo de vida turco. También se sentirá como si estuviera caminando en un estudio de cine. Este es el único pueblo en la región del Egeo que tiene una iglesia ortodoxa griega y una mezquita musulmana una al lado de la otra. Está en la lista de Patrimonio de la Humanidad de las Naciones Unidas y tiene sólo 700 habitantes.