Una visita a Éfeso, que alguna vez fue el centro comercial del mundo antiguo, es lo más destacado de cualquier visita a Turquía. La ciudad, cuya riqueza y patrocinio apoyaban su espléndido programa arquitectónico, estaba dedicada a la diosa Artemisa. Su enorme templo, alguna vez considerado una de las siete maravillas del Mundo Antiguo y reconstruido varias veces, data en su última forma del siglo III a.C. Las ruinas también incluyen un teatro, gimnasio, ágora y baños, así como la Biblioteca de Celsus. Está registrado que San Juan llevó a la Virgen María a Éfeso después de la muerte de Jesucristo y que pasó sus últimos días en una pequeña casa construida para ella en Bulbuldagi (Monte Koressos). Ahora, un popular lugar de peregrinaje para cristianos y musulmanes, la casa ha recibido la aprobación oficial del Vaticano y los cristianos celebran una ceremonia de conmemoración todos los años el 15 de agosto.