Kastamonu Simidi es un bagel tradicional sin sésamo exclusivo de la región de Kastamonu en Turquía. Elaborada a partir de una mezcla de harina de trigo, agua, sal y levadura fresca, la masa pasa por una serie de pasos meticulosos que contribuyen a su textura y sabor distintivos. Primero se deja reposar la masa durante 20 a 25 minutos, lo que permite que suba y adquiera sabor. Luego, se le da forma de hebras, se retuerce formando bucles y se sumerge en una mezcla caliente de melaza de manzana o uva. Este proceso de remojo único le da al simulacro su dulzura característica y un ligero brillo en la superficie.
Una vez remojado, el Kastamonu Simidi se hornea en el horno, lo que da como resultado una corteza espesa y crujiente, brillante y dorada. A diferencia de la mayoría de los bagels turcos, Kastamonu Simidi no contiene semillas de sésamo, por lo que también se le llama kazan simidi, sade simit o kel simit. La ausencia de sésamo lo diferencia de otros simitos y potencia su sabor, más centrado en el dulzor natural de la melaza y la levadura de la masa.
Una de las características que definen a Kastamonu Simidi es su textura firme, resultado de la fuerza de la masa y del método de atado y horneado de las hebras. El pan se mantiene bien con el tiempo y mantiene su textura crujiente incluso cuando se enfría, lo que lo hace perfecto para disfrutarlo con varios acompañamientos como queso, aceitunas o como parte de un desayuno turco más grande.
Además de su textura y sabor, la preparación del pan en Kastamonu también refleja el patrimonio cultural de la región y las técnicas tradicionales de horneado. El amasado y la forma de la masa, combinados con el remojo de la melaza y el proceso de horneado, requieren gran cuidado y experiencia, transmitidos de generación en generación de panaderos locales.
Kastamonu Simidi es más que un simple pan: es una parte de la historia culinaria de la región. A menudo se consume como refrigerio o acompañado de comidas, especialmente durante ocasiones especiales o reuniones familiares. El encanto rústico y el sabor único del pan lo convierten en una parte muy querida de la cultura alimentaria de Kastamonu, celebrada por su autenticidad y los métodos tradicionales utilizados en su producción.







